Esta entrada nace a partir de una entrevista Radial en la WHYY-FM de Terry Gross en su programa “Fresh Air” a Matt Richtel, periodista de tecnología de The New York Times.
Ritchel habla sobre lo que él ha denominado La invasión de las pantallas y su efecto en el cerebro humano. Es decir, la actual dependencia de algunos de nosotros a estar conectados a una pantalla, ya bien sea el teléfono, ipad o nuestro portátil. Efecto que está cambiando nuestra relación con el mundo que nos rodea y cómo nos relacionamos con la gente. He aquí algunos hallazgos.
Estamos consumiendo tres veces más información que lo que se consumía en 1960 , en promedio las personas consultan cuarenta sitios al día y en una hora se cambia de aplicación o programa unas treinta y seís veces. Pero, ¿qué esta pasando con esta información? Mantenemos nuestra mente ocupada consumiendo y consumiendo que no le estamos dejando espacio para asimilar, analizar esta información. En momentos tan aburridos como ir en el transporte publico, esperando donde el dentista o haciendo fila, es que el cerebro aprovecha para crear, y no lo estamos dejando porque de una nos pegamos a una pantalla.
La mejor analogía que hace el periodista con respecto a la tecnología es la comida. La necesitamos para vivir, existen distintos tipos de alimentos (los saludables que nos dan los nutrientes necesarios y la comida chatarra), y su consumo excesivo nos puede traer enfermedades y hasta adicciones. Existe un delgado límite entre lo que nos ayuda a ser más productivos y lo que nos distrae de este foco.
Un estudio de la Universidad de California, ha demostrado cómo estar conectado al correo electrónico produce estrés. No sólo su constante interrupción a nuestras labores, sino la necesidad de tener que responderlos inmediatamente. Así mismo, nos quejamos de tener que estar conectados y lo típico es la excusa de que “me toca estar pendiente de mi correo por mi trabajo”, pero al final también se ha demostrado que nos fascina esa sensación de riesgo, de peligro, qué me habrá llegado?
Sobre las multitareas, les cuento que está comprobado que nuestro cerebro sólo puede procesar una tarea a la vez, entonces podemos jugar a cambiar a través de distintas tareas, pero sólo podemos estar haciendo una. Así mismo, al contrario de lo que se pensaría que quien hace varias cosas a la vez, está desarrollando o utilizando más porcentaje de su cerebro, podría estar perdiendo la capacidad de enfocarse en sus tareas. Nooo, me acordé del Inspector Gadget, ¿seremos así de mensos al tratar de hacer tantas cosas al tiempo?
La conclusión de Matt Richel es que definitivamente algo está cambiando en nuestro cerebro cuando estamos pasando tanto tiempo en frente de las pantallas consumiendo información. No se ha demostrado científicamente pero nuestro comportamiento nos alerta que algo nos está cambiando.
Que si utilizamos la tecnología para distraernos o para ser más productivos, ya depende de nosotros, pero sí es bueno ponerle atención a esta situación. Yo sólo sé que aún sin trabajo y con presupuesto de estudiante tercermundista, quiero un mejor teléfono móvil para navegar todo el tiempo. ¿Me hará más productiva? Lo dudo mucho.
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